Según a quién se pregunte, el veto a las redes sociales por partes de las empresas a sus trabajadores, dirá que es un ahorro, que mejora la productividad y que las redes sociales son una pérdida de tiempo. Nada más lejos de la realidad. Es un asunto cultural. No se dan cuenta: sus empleados son sus mejores embajadores. Su implicación en la estrategia de marketing online es vital para el éxito de una buena integración de la organización en el Social Media.
Imaginemos una cuenta corporativa de Twitter de una pequeña compañía de 10 o 12 empleados escribiendo contenidos originales y de valor y siendo retuiteada por los empleados más activos en redes sociales: la repercusión informativa se multiplica.
Empresas inteligentes.
Aquellas que utilizan (y aprovechan) las redes sociales como herramienta para conocer mejor a sus empleados, saber de primera mano las opiniones que se vierten sobre ella en la Red y como instrumento para mejorar el servicio que ofrece tanto a sus clientes y proveedores como al público interno de la empresa. Como ejemplos útiles para esta labor, por ejemplo, crear un grupo específico en Facebook o Linkedin que puede ser debate, de presentación de nuevos empleados o de discusión y aportación sobre mejoras en productos y/o servicios. Si se pretende que los empleados recomienden los productos y servicios de la organización, involúcralos! Que opinen con total libertad! También seria buena idea crear un hashtag específico en Twitter que les permita a todos saber qué está pasando y mantenerse informados.
También se puede crear un apartado de empleados (o equipo) en el blog corporativo, invitando a todos los trabajadores a participar en él, y puede convertirse en un foro de encuentro y generación de oportunidades para la organización. La atención al cliente es otro aspecto fundamental para cualquier empresa. Imagina tener un departamento de atención al cliente, 24h respondiendo a cualquier eventualidad. En la empresa zappos.com ya es una realidad. Todos los empleados reciben y pueden contestar cualquier consulta, reclamación o duda de sus clientes.
La formación, la clave.
Las organizaciones deben darse cuenta que formar en Social Media a sus empleados es invertir en innovación, oportunidades, y lo más importante, en difusión. Implicando a las plantillas en la estrategia Social Media, en realidad, a lo que se está contribuyendo es al auténtico word-of-mouth. Como ya se ha comentado antes, imagina una pequeña empresa con 12 trabajadores, por 12 ‘likes’, por 12 ‘retuits’…
Eso sí, bajo los parámetros y directrices con los que se ha formado a la plantilla. Si se me permite, casi añadiría que las compañías que no tengan una fuerte cultura de empresa, éste debería ser el primer aspecto a plantear, para después extender esta filosofía propia, con un objetivo definido en las redes sociales. Para ello, la formación ‘in-company’ y una sólida campaña de comunicación interna serán fundamentales para transmitir el mensaje a toda la organización.